Le escribo al amor,
al amor imposible; a esa mujer de estupor indecible.
A un sueño ilusorio,
maduro y risible, le falta el tornillo que encaje imposible.
Virutas de soledad
anegadas de realidad, realidad tortuosa, en un mundo complejo.
Cometas de caridad en
un cielo cerúleo; consuelos banales con luces que engullo.
Imposible el amar en
estas maneras, depende mi alma de ciertas fronteras.
Y así el divagar es
un ocio grotesco, tal cual el rimar en muertos desvelos de ilusiones simples,
de sueños, de velos, de llamas secretas en versos sin credo.
Le escribo a mi alma
ya tan fustigada de esas mentiras que guardan las miradas.
Imposible así amar,
solo yo sigo, depende de otros, la vida es así, fortuna o castigo, alivio en un
nido, el aura se estanca, y así y así escribo, la familia te acoge, mas pasa la
vida y mi cuerpo envejece, y el enfermo se cansa de tanto soñar, o eso él cree
pues ya sólo eso puede hacer algo ufano y libre a la vez.