jueves, 28 de marzo de 2013

Poemita de los Olivos


Los olivos que criamos,
tras los años empleados,
nos sonríen con sus hojas
y aceitunas de regalo.

Los olivos que criamos,
lustre dan al ojo humano,
su aceite cual legado,
de aceitunas es muy sano.

Los olivos toledanos,
son de fama muy preciados,
engalanan con sus ramas,
procesiones y rosarios.

Los olivos de mi tierra,
son valiosos por sus años,
a familias dan trabajo,
y al pueblo su legado.

El olivo castellano,
es el árbol cotidiano,
de la tierra del ufano,
labrador y campechano.

Del olivo de mi amo,
con la vara, con el palo,
aceitunas tiro bravo,
por ganarme unos cuartos.

Los olivos bien labrados,
cosechones dan sin paro,
aceitunas llevan claro,
con el clima adecuado.

Los olivos son vetustos,
ya mayores, ya resabios,
si cuidarlos es difícil,
cuánto más saber criarlos.

Los olivos de mis padres,
han pasado malos ratos,
mas el nunca deprimirse,
ha hecho que crezcan altos.

Los olivos son testigos,
de historias muy dispares,
guerra y paz, amor u odio,
se forjaron en sus troncos.

Mas la vida continúa,
y olivos van, y olivos vienen,
y poemas hago si me conviene,
con sus brillos centenarios,
con sus hojas de alfileres.

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