domingo, 10 de agosto de 2014

Viento Huracanado


Veinticinco de marzo, viento huracanado, árboles cimbrando, pájaros volando, ruidos que el viento sordo ha ahogado. Series vespertinas, morbo asegurado, halla la retina del desocupado.

Radio Nacional, radio musical, radio que el oyente a su voluntad, mueve el dial, en asegurando su comodidad. Estudiante empedernido, quiebra mente en estas horas, y saca de sí todo su partido, de reojo mira el tiempo que ha perdido, elucubra planes, mira sus bolsillos, en el futuro sueña, en el presente anda distraído, y del pasado añora cuando era niño.

Viento huracanado, que cimbreas almas de poetas fracasados, no hieras con tus espinas las heridas que marcaron los destrozos ya pasados.

Viento huracanado, no soples tan fuerte que lleves mi casa, que mis familiares pierdan sus grasas, y que sí nos mantengamos en paz y sin desgracias, y vivamos juntos tiempos de abundancia.

Desde mi ventana miro el paisaje, el viento ha amainado, y yo me he calmado. Yo me acurruco y leo con agrado, historias heroicas del hombre honrado. Y escribo versos que salgan rimando, con mi diligencia, con mi gran encanto.

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