domingo, 10 de enero de 2021

UNA GRAN NEVADA

 

En la península ibérica, especialmente en su centro, estos días ha venido a visitarnos la borrasca de frío y nieve Filomena. Con especial virulencia nos ha descargado en Castilla-La Mancha y en Madrid nevadas copiosísimas, que no se veían desde hace cincuenta años. Los paisajes de muchos pueblos hablan por sí solos, manifestando la población a estas alturas de la pandemia cierta algarabía pareja con la preocupación por tan inesperados como inusitados acontecimientos.

 

Consuegra, paisaje de castillo y molinos, de quijotes y sanchos, de vides y olivares, se ve trasmutada en dos días en una Siberia, en una idílica o no tanto ciudad de frío, de nieve, de hielo.

 

Los más aventureros padres de familia salen con sus retoños a disfrutar de la nieve, de tan inhóspito espectáculo. Se deslizan en improvisados trineos de plástico, se hacen multitudes de fotos y selfies que atesorarán en sus dispositivos móviles para el recuerdo, y le consiguen sacar una carcajada a la situación pandémica que nos viene subyugando desde hace meses.

 

España, aletargada, se embota; los transportistas no pueden realizar sus repartos, y, por ende, trasnochan como pueden en insospechados lugares, tales pudieran ser aparcamientos en zonas poco accesibles; las carreteras, ofrecen pocas alternativas de acceso; y, Madrid, blanco como su equipo emblemático, ofrece estampas que causan cuando menos rubor, como esa batalla de pelotas de nieve en la plaza de España, espontánea, de los madrileños que, acaso ya desenfadados, ya despreocupados, no reparan en la situación de riesgo por el virus que aún padecemos.

 

Todo esto, no obstante, es normal: la alegría, la algarabía, salir a retozar, si se puede, como un niño en la nieve, dadas las excepcionales y escasas circunstancias que dan lugar a ello.

 

Mientras tanto un Trump algo disparatado insta a una horda de sus más fanáticos adeptos a tomar el capitolio de Estados Unidos o, por lo menos, en público declara mensajes confusos para que un grupo tome la Casablanca así, como en una invasión. Todo porque cree haber perdido los comicios de manera irregular, sin justicia. Se arma, entonces, un sanmartín y el resultado son cinco personas fallecidas, si no hay alguna más que en las últimas horas también ha muerto, debido a tal incidente.

 

Todo lo anterior, naturalmente, lo puede contrastar con mucho mayor detenimiento aquél que se interese por estas crónicas. Yo, me he limitado a dar una escueta mención de lo ocurrido. Añado que todo esto está ocurriendo en estos primeros días de enero de 2021.

 

Quedémonos, no obstante, con la blancura de estos días de nuestros pueblos, que contrasta con el azabache que el COVID tiñe a nuestros ánimos, de manera general, en estos tiempos.

 

 

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