Espero y te espero, evoco y/o me equivoco,
acierto o desacierto cuando digo lo que quiero
en estos versos manchegos.
Tus ojos son luceros,
tu piel una suave brisa,
tu risa de caramelo.
Tus dientes son perlas de mar,
tus mejillas juguetes que adorar,
tu cuello es un encanto, ya está,
y tu pelo es el sol que alumbra.
Tu silueta rebota en mi mente,
tú, bella e inteligente.
De esa chiquilla es el recuerdo,
de esta mujer es el reflejo.
Treinta y dos años que cumples ya,
independiente y segura dueña de sus proyectos,
acá este poeta te evoca como su oasis en la soledad.
Solo no estoy porque nadie solo está,
parientes y amigos todos tenemos, es verdad,
pero qué bonito es esto de rememorar
aunque solo sea un sueño en su mejor
forma de aclamar.
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