viernes, 9 de junio de 2023

LLUVIAS DE JUNIO

 

Lluvias copiosas nos acompañan estos últimos días en nuestra meteorología. La borrasca Óscar hace que el tiempo de junio se alce en su compostura como aguador, dotador de vida, haciendo que en la península ibérica nos estemos habituando a esta situación tan peculiar. Un refrán de junio dice: Caprichoso junio, o sequía, o diluvio. Bien puede ajustarse a lo que sucede actualmente. Los campos, las plantas, los hábitats, los ecosistemas, las personas, que demandaban el agua estos meses previos, ahora van recibiendo cotas altamente significativas del elemento tan necesario en la vida: H2O. Este verano, pese a llegar con tardanza las ansiadas aguas, supondrá el punto de inflexión que se pedía para remediar la escasez de agua, otro más de la tan chabacana historia del mundo.

 

Se debatirá en los medios sobre su potencial uso, se dispondrá de ella (el agua) para su abastecimiento en las comunidades (a través de las presas, o aprovechando las aguas subterráneas, o mediante los usos que a conveniencia el ser humano disponga), se peleará por ver cómo podemos emplearla, en fin, con y a través del agua podremos enzarzarnos en controvertidos debates y usar nuestra reflexividad para entrar en tales o cuales puntos de vista.

 

El agua, las lluvias de junio, por tanto, nos posicionarán nuevamente ante los típicos planteamientos que conlleva su uso eficiente y a moderarnos y guardarla como tesoro líquido que es.

 

Entonces, qué podemos hacer los simples ciudadanos de a pie para evitar el derroche de este tan preciado elemento. Primero: concienciarnos de lo difícil que es que llueva cada vez más. Segundo: No pensar individualmente, sino como colectividad humana cuando nos acucia la necesidad de usar más o menos cantidad de agua en algún proceso. Tercero: Si no hay más remedio que usar vastas cantidades de agua, garantizar su óptima utilidad en cada caso. Cuarto: Priorizar su uso en la higiene o directamente en su consumo sobre otros usos como puedan ser recreativos o de ocio. Cinco: Ser cautos en cómo, si disponemos de pozo, usamos esta tan rica materia, planificando los beneficios que nos pueda acarrear (ejemplo: priorizando unos sistemas de regadíos sobre otros, como pudiera ser el gotero sobre la aspersión).

 

Llueve, y como llueve, a vuelapluma el agua me dicta sus sentencias. No podemos, pues, embobarnos en los momentos de abundancia, y, como conclusión, se colige que la prudencia nos marcará para futuras sequías, ya que esto es cíclico, los tiempos, parece, marcan un compás impulsivo de lluvias que hay que saber aprovechar, porque de ellas dependen nuestras cosechas, y nuestro abastecimiento.

(gracias al autor de esta magnífica foto del río de mi localidad en el momento puntual de las pasadas lluvias de la tarde del martes, 6 de junio de 2023)

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1 comentario:

  1. Muy buena reflexión Pedro, sobre el bien del agua y el buen uso que debemos hacer todos de ella , .. También decirte enhorabuena de cómo lo as explicado, muy bien y sigue así escribiendo y dando tu opinión sobre las cosas que veas oportunas ,

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