sábado, 1 de noviembre de 2014

“Regates”


Hacia Yébenes yendo,
por caminos dispares,
por caminos rurales,
con la brisa del viento,
aprecias verdades,
manchegas de ensueño,
vides y olivares,
y un clima sereno.

Si gustas silencios,
y espacios abiertos,
La Mancha es acierto,
La Mancha en efecto.

Si gustas del aire,
azul de sus cielos,
pensar sin estreses,
vivir muy risueño,
hablar sin sandeces,
ser grande y pequeño,
La Mancha se ofrece,
se abre a tu encuentro.

Al ir a “Regates”,
me siento contento,
sus ruinas me animan,
y quitan tormentos.

“Regates” fue quinta,
de antiguos labriegos,
que ya derruida,
está en estos tiempos.

Al ir con mi padre,
cruzamos su centro,
la quinta subsiste,
por un ovejero.

Leal a su oficio,
este ganadero,
guarda su rebaño,
con prole en empeño.

Corrales antaño,
se hunden de viejos,
ya nadie se encarga,
de tales arreglos.

Los tiempos que tocan,
los tiempos modernos,
mudaron arraigos,
de vida manchegos.

Sin duda unos pocos,
que vienen de lejos,
se van acercando,
con nuevos proyectos,
a nuevas industrias,
que lancen al cielo,
oficios rurales,
con nuevos empleos.

Castilla-La Mancha,
emprende de nuevo,
reformas agrarias,
contra el desempleo;
la crisis lo acusa,
con mucho empeño,
el paro demanda,
trabajos en serio.

El tiempo en el campo,
aflora mis sueños,
rebrota nostalgia,
serena mi cejo.

Al ir a “Regates”,
me siento contento,
sus ruinas me animan,
y quitan tormentos.

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