Ficción política:
orar, decir, mentar, ensimismando la oratoria al auditorio que asiste.
Un mundo virtual de
entelequias plausibles nos llega en los medios de la honestidad al poder
político atribuible.
Qué vacuidad la de este
mundo increíble; el poder de los Estados, de las ideologías, de las minorías,
de razones se sirven; el dinero los corrompe, los torna plutócratas; y así se
distinguen en entes insignes de la mendacidad y oratoria esculpida al albur de
los tiempos, saciando la sed del descontento popular, y de la infamia
ostensible.
Una aguja en un pajar
es aquello que, ya digno, ya puro, ya bueno, en nuestra conciencia aún
persiste, y queremos aún creer en algo invisible.
Muchas agujas
dispersas, muchos graneros dispares, y muchas las formas diversas de subir a
los altares.
Ficción política, déjate de cuentos,
abre más la mente, y de las cosas más sencillas erige monumentos.
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