Difuntos, difuntos,
difuntos del mundo,
otrora vivientes
marcando el rumbo,
marcáis las etapas en
sueños profundos
de vivos que añoran
sus muertos, los suyos.
Difuntos que viven en
textos muy pulcros,
en fotos, en vídeos,
historias, asuntos,
aún recordados,
presentes sus halos,
que fueron la vida de
nuestro pasado.
Difuntos en velas,
que son añorados,
difuntos que hicieron
en mundo “estragos”,
la luz siempre
vuelve, se limpia el pecado,
y vuelve la fe a
hacer su legado.
Difuntos yacentes,
inmenso conjunto,
no sabe la muerte que
allá en el trasmundo
no duelen dolores de
terrenas pasiones,
y sí hay descanso
según crea uno.
Difuntos, difuntos,
difuntos del mundo,
vivir no vivís mas
los vuestros son los brotes,
son las proles que
moldean el mañana con futuro,
vuestros hijos que a
la postre son vuestro fruto,
que tras cada
generación renueva su rumbo.
Difuntos de Dios,
difuntos del mundo,
orad por nosotros si
no es pedir mucho,
hallad esa paz quizá
merecida,
que la muerte no se
vuelva un acto suicida.
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