En marzo de hace un año
un virus vino a vernos;
el COVID ya empezaba
el miedo a meternos.
El mundo, alborozado,
no lo estaba previendo,
pillando la pandemia
a grandes y pequeños.
Quedamos a la zaga,
Europa en un momento,
la crisis que golpeaba,
el brote ya tremendo.
Quedándonos en casa
paliamos los efectos,
mas no curamos mucho
los otros muchos riesgos.
Y así con todo vamos
y el año pasa en esto,
con olas virulentas,
tormentas en los puertos.
Lavamos nuestras manos,
cuidamos nuestros cuerpos,
mas salimos sin deber
a coger lo que no es nuestro.
Es decir, esas algarabías,
desmadres que son ciertos,
las fiestas ilegales
nos dejan más expuestos.
Y el virus que no cesa,
las uvi al completo,
el caos en esas camas,
en pasillos ya repletos.
Cuidemos la salud
y no salgamos lejos,
insignias que evidencian
cautelas al respecto.
Y así con todo vamos
a no ser serios, necios,
saltándonos las normas
del cívico precepto.
Vacunas que ya llegan
a darnos fuerza en esto,
el COVID ya se frena
o acelera aún más presto.
Mas no tengamos miedo
y vayamos a lo nuestro,
que nada nos detenga,
ni un virus ni un camelo.
Mas sí seamos serios
por nosotros, por los nuestros,
cercenando a la pandemia
su tiempo ya molesto.
Por eso yo te digo,
oh mundo de este tiempo,
la guardia ahora no bajes,
que ya nos queda menos.
Y así con todo vamos
a aguantar, guerreros,
el virus imprevisto
con el alma de hierro.
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