domingo, 19 de mayo de 2013

El historiador


En el duermevela de la noche, de mi desánimo, de oscuros recuerdos y pesares arduos, yo escribo a la nada, yo escribo al todo, yo escribo al tiempo de los tesoros. Yo escribo a épocas remotas, de otros hombres en otras historias, de reflejos caducados en calaveras, de reflejos sepultados en otras tierras. De barcos, de montes, de mitos, de torres; de personajes ilustres que evocan memorias que en la actualidad provocan historias.

En política se deriva de la antigua Atenas, la democracia que en Occidente impera, y en Olimpiadas lo mismo pasa, son “ideas de la misma casa”. Son reflejos del esplendor de esa Acrópolis dorada, de esa época en que Pericles en el siglo V a.C. instauró esas ideas que, por varias circunstancias, tras su apogeo y posterior erradicación, tras siglos olvidadas, en Europa serían reincorporadas, como dije, en las Olimpiadas, y en las renovadas democracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...