domingo, 8 de septiembre de 2013

La escuela


De mis entrañas salen palabras,
Que emocionan a mis hijos,
De ellas mismas las patrañas,
Encuentran mil escondrijos.

Los deseos más intensos,
De aprender de muchos libros,
En diccionarios de la escuela,
Hallan bien sus acertijos.

Lenguas de mi mundo,
Religiones de los chicos,
De países muy diversos,
Se hallan los crucifijos.

Palabras de mi boca,
Que estimulan cuerpo y mente,
Cual intentan evocar,
Temas miles diferentes,
Enseñan a estudiantes,
Que se lavan bien los dientes,
A saberse comportar,
A ser finos y obedientes.

Gota gorda de los grifos,
Gota gorda del ambiente,
Gota gorda de la lluvia,
Que se estrella en mi frente.

Que me hace cavilar,
Que me hace ser clemente,
Que me hace divulgar,
Cultura inteligente.

Que aprovechan bien los niños,
Enseñados por docentes,
En laicas o religiosas,
Escuelas muy consecuentes.

Del dinero de la gente,
Del pasado, del presente,
De famas tan generosas,
De los tiempos que nos vienen,
Quiere el hijo, quiere el padre,
Quiere hasta el demente,
Encontrar actividades,
Gratas, sanas y elocuentes.

Pasan y pasan esas horas,
De ocio de adolescentes,
En deportes, en estudios,
En vicios tan decadentes,
Que un rioja bien tintorro,
Colorado se nos vuelve,
Y nos pica en la garganta,
Con pensar en sus clientes.

Cátedra de los motivos,
De temas tan diferentes,
De escuela, del museo,
Que respeta leyes siempre.

¡Ea! pues el estudiante,
Sea aplicado y eminente,
En materias que en ciernes,
Le harán sobresaliente.

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