Martes, 8 de octubre de
2013
A escasos minutos de las
cuatro de la tarde inicio la redacción que a continuación se presenta.
Intentaré referirme a lo que se define al hablar del término almendra, en lo
que a mí me atañe de su mundo, lo que pienso que es interesante poder expresar
sobre el tema, ya que en mi familia tanto nos repercute.
En mi mesa multiusos,
diccionario digital a mano por medio del libro electrónico, tecleo la palabra
almendra, y de ella aparecen los siguientes significados:
1.
Fruto
oval y alargado del almendro, rico en grasas y glúcidos.
Aquí nos encontramos con las semillas propias que el árbol del almendro ha
elaborado para reproducirse tras la floración fecundada, protegidas por una
cáscara y una vaina cuando aún no han caído de dicho árbol. Animales y humanos
nos nutrimos del fruto, es decir, la almendra, y nos beneficiamos de sus
propiedades (rico en grasas y glúcidos).
En
mi familia, tras grandes esfuerzos sostenidos en el tiempo, hemos cultivado
parcelas con almendros, los árboles que producen las almendras.
2.
Semilla
carnosa de cualquier fruto drupáceo. De nuevo la acepción
se dirige aquí a un elemento con miras reproductivas, pero esta vez generaliza
dando por hecho que la palabra almendra puede
referirse a la semilla en sí de cualquier fruto drupáceo, es decir, al fruto
que tiene alguna propiedad de la drupa, o lo que es lo mismo, el fruto carnoso
con una sola semilla en su interior, como el melocotón o la cereza.
3.
Cualquier
objeto de forma semejante a la de una almendra.
Aquí llamamos almendra a cualquier cosa que por su forma nos la haga recordar.
4.
Encuadramiento
elíptico, dentro del cual se representa a Cristo triunfante.
Aquí almendra quizá evoca un
significado simbólico. Da a entender a la obra de arte en la que aparece Cristo
triunfando y menciona su forma: elíptica.
* Para terminar la palabra
almendra puede ir aparejada en un contexto digamos culinario, si nos
referimos a la almendra
garrapiñada: es un confite
consistente en una almendra recubierta de azúcar acaramelado y canela.
Aquí la almendra pasa a ser una golosina con azúcar, acaramelada y con canela.
Apetitosa para los golosos.
Y es que el almendro, el
árbol frutal rosáceo de origen africano, que se cultiva por toda la cuenca mediterránea,
nos deleita con las almendras, su delicioso fruto que puede añadirse en tantos
productos.
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