sábado, 14 de enero de 2017

INTERESES

Interés mío, interés tuyo, interés vuestro, interés mutuo.

Nuestra vida es una hoja que rebosa de “verdez”,
que inconclusa es cautiva cuando prima de interés,
que impresiona, que jalona, que su meta es crecer,
que reposa, que se asoma al ambiente del vergel.

Intereses son los fines, son proyectos de marqués,
de lacayos, de la plebe, de la gente de a pie,
de los hombres, las mujeres, del instinto del saber,
de lo ansiado, lo esperado, desde niño a la vejez.

Intereses crediticios, humanoides, o de sed,
de los propios pensamientos, de la gente que tú ves,
de lo lógico, lo insólito, lo ambiguo, que a su vez,
nos hace tomar caminos que seguimos con estrés.

Es la vida una hoja con sus haces, con su envés,
con verdina, o amarilla, o ya seca en tu ser,
con el halo de misterio que se ignora al parecer,
cuando somos futuristas en un tiempo aún de ayer.

Porque el tiempo es ahora, porque somos nuestra fe,
porque vamos repitiendo las maneras a la vez,
que crecemos, maduramos, impostamos nuestro ser,
porque lleguen nuestros logros con las metas cada vez.

Intereses respetables desde chico tras nacer,
de la vida pasajera, del momento que se ve,
de lo lógico, lo ilógico, lo plausible o al revés,
de los juicios arrojados desde el alba a la vejez.

Quiero esto, amo aquello, me apetece ya comer
golosinas exquisitas, los manjares de un rey,
apetencias caprichosas, u odiosas, o con fe,
merecidas o a la inversa cuando prima el interés.

Un poema elogioso, una forma de aprender,
una acción controvertida, una forma de crecer,
en la hoja de la vida, en el tiempo que ahora es,
en el llano despejado, en la cima que se cree.

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