domingo, 12 de febrero de 2017

QUÉ DIFÍCIL, QUÉ FÁCIL

Qué difícil ir siempre contento; qué fácil ir llorando por dentro.

Qué difícil estar en orden con el universo; qué fácil ir encontrándote complejos.

Qué difícil poner en orden tus conocimientos; qué fácil hacerte líos mentales tremendos.

Qué difícil no flaquear ante el deseo; qué fácil irte en éste consumiendo.

Qué difícil superar miedos turbulentos; qué fácil amedrentarte cuando andas lejos.

Qué difícil vencer la pereza cuando el ánimo no es un suplemento, qué fácil el hundirte cuando nadie es de tu consuelo.

Qué difícil hablar claro cuando tiemblas de miedo; qué fácil ir de valiente cuando de suerte andas dispuesto.

Qué difícil ser tú mismo cuando todos miran tus reflejos; qué fácil no engañarte cuando de nadie depende tu pellejo.

Qué difícil mantenerse en la nube de los proyectos complejos; qué fácil ser sencillo y no creído ni obseso.

Qué difícil encontrar el amor que gane tus besos; qué fácil quedarte solo cuando pierdes los sesos.

Qué difícil ganar la lotería de los grandes éxitos; qué fácil despeñarse en la miseria de la derrota en exceso.

Qué difícil sobrevivir si nadie te cuida desde pequeño; qué fácil ser longevo con el apoyo del mundo entero.

Qué difícil “tirar pá lante” sin la estima de tus viejos; qué fácil enredarse en las cosas sin provecho.

Qué difícil cuidar la figura comiendo en exceso; qué fácil perder la salud llegando a obeso.

Qué difícil cavilar cuando andas hecho un poseso; qué fácil es la cordura cuando la mente sigue en su puesto.

Qué difícil comprender a otros cuando tú no entiendes tus defectos; qué fácil ser moralista dando a otros tus consejos.

Qué difícil ir rimando y componiendo esto; qué fácil seguir pensando a la vez que encuentro más pretextos.

Qué difícil no ser pesado y a la vez lleno de ingenio; qué fácil escribirte estas frases sintiendo orgullo pintoresco.

Qué difícil ser pacífico siendo guerrero; qué fácil encontrar el sentido a quienes dirijo esto.

Qué difícil expresarme hablando cuando tanto pienso; qué fácil el charlar cuando todo me importa un pimiento.

Qué difícil terminar, acabar algún proyecto; qué fácil despedirme de vosotros presto.

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