viernes, 28 de julio de 2017

LAS PALABRAS



Las palabras son las piezas de un mecano lingüístico.

Se oyen, se hablan, se leen, se escriben; se las lleva el viento cuando las traicionamos.

Las palabras son la base de las lenguas.

Cuando se escribe un libro representan unos edificios didácticos, de entretenimiento, de cultura, de tauromaquia, de religión, de ficción, de realidad inventada, de misterio, policiacos tal vez,…

Tienen tantas combinaciones como si de una Lotería Primitiva se tratase. Acaso el argumento de una buena historia sea como la casa bien construida y ordenada de la que se puedan hacer valoraciones.

Las palabras como signos gráficos; como sonidos, como si quisiéramos referirnos con ellas para entender la materia, lo físico, lo espiritual, lo abstracto, lo metafísico.

Jugamos con ellas cuando las conectamos metafóricamente.

Palabreamos con ellas cuando pretendemos insultar u ofender a otra u otras personas. Las mal usamos cuando lo que buscamos es la confrontación, la batalla dialéctica.

Sin embargo pueden servir también para comunicarnos afectivamente, o cuando queremos llegar a acuerdos, pactos, convenios.

Encajan mejor o peor dependiendo del contexto, la situación, la circunstancia.

Las gramáticas dispares son como las leyes que las rigen idiomáticamente.

Las palabras como tabúes, como políticamente correctas, como ladrillos que golpean cuando duelen.

Las palabras que, en fin, sirven para organizar nuestra mente, darle salud, proyectos, ilusiones, sueños.

Pensamos palabras: ellas nos ponen de mejor o peor humor.

Las palabras para la cultura, la investigación, el desarrollo social; para mentirnos, para sincerarnos, para la política, para muchas otras cosas.

Las palabras para convivir, para relacionarse, para conocerse, para comunicarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...