Llega el ocho de
diciembre,
la Inmaculada
Concepción,
su bondad nos
enternece,
Madre buena de El
Señor.
Sin mácula en su
nombre,
sin miedo, con amor,
sin odio, con entrega
nos da la salvación.
Casta, pura y Divina
es la Madre de El
Señor,
y nosotros hijos suyos
como Cristo es nuestro
Dios.
En el Cielo Ella reina,
en la Tierra da amor,
y así y todo Ella ingenia
el perdón que es
redentor.
Inmaculada de
diciembre,
santidad por
concepción,
amor frente a
violencia,
la victoria del perdón.
Inmaculada pura y
casta,
Virgen bella junto a
Dios,
y nosotros el rebaño
de corderos de El
Señor.
Llega el ocho de
diciembre
a este mundo de
aflicción,
y miramos a los Cielos
por buscar la
expiación.
Sin mácula Ella es
reina
de los Cielos, del
amor,
Ella es cura de las
penas
de este mundo
abrumador.
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