Son los libros de mi
alcoba,
Los que miran
trastocados,
El transcurso de las
horas,
Que yo les he
dedicado.
Las pilas de juegos
caros,
Que un día me
alegraron,
Piden con mucho
cuidado,
Revivir con
reciclados.
Son las mesas, son
las sillas,
Son juguetes de
“soldados”,
Son los muebles de
cocina,
Hijos mudos de
altercados,
De la casa que sus
dueños,
Tratarán según el
caso.
Pasan horas muy
ociosas
De lectura en el
lavabo,
Pasan días muy
tranquilos,
De relax en el
verano.
Y en invierno
recogido,
En el lecho se
agradece,
Mantos varios
superpuestos,
Caldera a
veintisiete.
Es la tele la
estrella,
De cine que nos
protege,
Que nos hace
divagar,
Y entorpece ciertas
veces.
Y empereza otras
tantas,
Y otras veces nos
divierte,
E incluso
entretiene, con
Sus “chismes”,
con sus bromas,
Con noticias y
vaivenes.
Es la casa la
comarca,
Del que mora a su
placer,
Con deleite, sin
rubor,
Con palillos como
estacas,
Con su radio por
tambor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario...