Día
a día yo ilumino,
yo
transito mi estación,
noche
a noche voy al trote
de
la marcha e ilusión.
Esta
senda es mi camino
con
su cierta dirección,
en
la vida que me sale,
en
el tiempo que hago yo.
Como
puedo yo camino
controlando
mi aflicción,
yo
afronto el desafío
de
esta vida con presión.
Es
el tiempo mi amigo,
mi
seguro promotor,
mi
estimable compañero
rato
a rato, de reloj.
Hoy
por hoy no naufrago
en
el mar de donde soy,
y
aunque algo dolorido
no
me afecta tu rencor.
Hombre
soy yo tranquilo
de
aferrarme a la acción,
siento
y sigo a este lado
del
camino en que voy.
Día
a día desde el orto,
desde
el alba con el sol,
hasta
Dios me dé permiso
de
cambiar de dimensión.
Noche
a noche aprovechando,
viendo
el cosmos exterior,
las
estrellas que iluminan
cada
chispa de emoción.
Esta
senda es mi camino,
es
la vida que me doy,
apurando
el racimo
que
de Dios me dé valor.
Más
cansado, o más fuerte,
o
más débil, qué sé yo,
consagrando
la fortuna
de
mi ser por El Señor.
Esta
prueba es un principio
de
estimable condición,
en
la vida que se afronta,
en
la mente con presión.
A
lo lejos yo diviso
esa
luz por la que voy
yo
viviendo cada día
lo
que pienso que es mejor.
Y
a la postre yo termino
el
poema que te doy,
y
procuro ser lo bueno
que
me sea de ocasión.
Día
a día yo ilumino
mi
camino con valor,
noche
a noche yo termino
por
dormirme a tu son.
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