sábado, 16 de septiembre de 2017

EL MATERIALISMO, LA MISANTROPÍA, EL CONSUMISMO 27/12/2016



El materialismo exacerbado que recogemos como herencia de la cultura capitalista, nos ciega, a unos más que a otros, de tal manera que nos hace suspicaces y desconfiados. Nos encerramos con nuestras posesiones, alimentando la avaricia y la codicia desmesuradamente en nuestros espíritus.

Cuando este hecho alcanza cotas desorbitadas, llegando a desviarnos mentalmente hacia el Síndrome de Diógenes, no sólo nublamos la razón y colapsamos nuestras balanzas emocionales, sino que perdemos el entendimiento equilibrado entre saber guardar lo que precisamos, e invalidándonos para saber deshacernos de lo que no precisamos, y, además nos estorba y/o nos resulta antihigiénico, insalubre (guardar envases vacíos de productos ya consumidos, no querer tirar a la basura lo ya inservible).

La misantropía, por su parte, nos hace insociables, ásperos en el trato, lacónicos, solitarios. Rehuimos hasta para hablar con otras personas. No es sana, y, como en el materialismo antes citado, en su extremo hace perder el norte de quien la padece. Mas, con tanta tecnología, es tan posible llegar a ella como a saber usarla (la tecnología) en su contra.

Si nos encerramos en los mundos virtuales de Internet, si no se nos enseña a hablar con los demás de tú a tú, no podremos resolver problemas como ir a hacer la compra, encontrar un empleo, ir a la consulta del médico para explicarle, así, lo que nos aqueja, etc. Además veremos el mundo ante nosotros cada vez más hostil, y nos frustraremos por no poder hablar con nadie, hacer amigos, encontrar pareja.

El consumismo desenfrenado es otra patología que nos puede hacer egoístas e insaciables, vulnerables ante querer ir a la moda, probarlo todo, estar a la última, empezar muchas actividades y dejarlas a medias, no satisfaciendo plenamente nuestros vacíos internos.

El consumismo se contrarresta con el buen criterio de seleccionar lo que realmente precisamos, con una sana austeridad, con un pensar con paciencia lo que nos hará falta en el mañana.

No podemos volvernos impacientes, desvalorando nuestros bienes recién adquiridos y sustituyéndolos precozmente con otros por nuestros apetitos esporádicos, por querer probar muchas cosas y no contentarnos con ninguna.

El materialismo, la misantropía, el consumismo, pues, tres aspectos que he analizado con mis palabras como creo es más correcto. Saludos.

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