Cuando
el juego te atrapa,
y
el azar se hace dueño de tu bolsillo
en
un círculo vicioso
del
que se torna arduo salir.
Cuando
el dinero es fijación,
y
se quiere más y más fácil,
y
se obtiene menos y más difícil,
gastando
lo propio en las tragaperras.
Fuera
de los bares,
gastar
en otras cosas,
mirar
de otra forma,
el
consuelo en lo esencial.
Valorar
lo que se tiene,
medicina
para el alma,
no
buscar en el casino
lo
que falta en tu karma.
Ir
al campo y ver el cielo,
con
los tuyos ir creciendo,
trabajarte
nuevas cosas
que
no sean de dinero.
Ahorrar
para comer,
para
beber, para el mañana,
para
no gastar en vicios
que
se llevan las ganancias.
Gastar
en otras cosas,
no
en el juego el dinero,
que
el sudor y el sacrificio
no
se vayan escurriendo.
Fuera
del casino, de los bares
y
los naipes, hay la vida
que
no estorba,
la
familia que no falla.
Fuera
del alcohol hay humor
y
atardeceres,
hay
verdor y amaneceres,
hay
el agua que se bebe.
“Si
no tiras lo que ganas”,
es
que sabes lo que eres;
si
no pierdes en los vicios
lo
que cuesta tanto a veces.
De
ti depende, pues,
lo
que gastes, lo que debes,
más
allá de lo que puedas
invertir
o no, y en qué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario...