lunes, 8 de enero de 2018

EL RESFRIADO



Ya estamos en 2018. Las navidades se han terminado. Fríos y nevadas arrecian las carreteras españolas, dificultando la circulación. Mas siempre tras la inclemencia sale el sol.

Las mareas se embrutecen con la borrasca, y es mejor resguardarse en el cobijo hogareño cuando no podemos salir a realizar actividades al aire libre.

Pero otro año se abre paso, y cada cual adquiere sus compromisos vitales, deparándonos la vida una suerte inusitada de quimeras y despropósitos.

Y ahí uno espera que, según avance el año, las cosas le salgan medianamente bien, o que no vaya a peor. Pero es que si empiezas este año con el resfriado mayúsculo, es mejor pensar que este mal trago de la salud no sea solo un anticipo de lo que nos va a tocar en suerte.

La vida sigue rodando, mágica, con sus encantos y desencantos, para que sea sentida colectivamente, transmitida sus vivencias, como misterio que es, en especial a sus más mimados seres por estar dotados de sensibilidad y mente racional para percibir el paso del tiempo y el cambio de las cosas y el entorno, o sea, la raza humana.

Por ende, vidas, humanas, las hay tan dispares y peculiares como lo puedan ser sus características intrínsecas: según la etnia, el país, el sexo, la edad que se vaya teniendo, las ideas de cada cual, etc., dándonos lugar a un crisol de personas a nivel mundial abrumador.

Esperemos que como civilización avanzada del cosmos que por ahora pensamos que somos no nos inclinemos, como hay indicios palpables de ello brotando, a retroceder lo andado, a auto-aniquilarnos en nuestros egoísmos individualistas, a desvencijar a la madre tierra de sus posesiones legítimas.

Que se supere el resfriado y la tormenta de los tiempos tan cruciales que a la humanidad le va tocando afrontar es la esperanza en una tecnología limpia, sostenible, que nos impulse hacia un mundo más rico y próspero, más igualitario, menos desigual.

Habrá que ver el vaso medio lleno de cara a las próximas generaciones para poder resguardarnos, a la postre, de la iniquidad amenazante.

Para ello reactivarnos moral y espiritualmente será indispensable, como vacuna contra los virus del alma.

Somos, en consecuencia, una gran masa de seres vivientes, racionales, de los que se espera un gran legado. No tiremos por la borda tantos éxitos. Como mundo único que es este planeta pervivamos vehementemente. Que se pase el resfriado.


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