Si los prejuicios no
pueden contigo tienes un punto a tu favor.
Si los prejuicios son
malentendidos, destiérralos, por favor.
Prejuicios que llevan
un camino, elúdelos, ignóralos.
Prejuicios que suenan
divinos, no los creas, que es peor.
Prejuicios varios y
dañinos en el mundo giran con ardor.
Nos asfixian y
aniquilan, acomplejan, creo yo.
No darles coba es lo
más sano, ni aliento, ni calor.
Los prejuicios son de
uno una ilusa ilusión.
No pensar anticipado,
informarse, es mejor, no sacar las conclusiones que terminan en rencor.
Prejuzgadas
situaciones, ilusiones del amor, no te creas un valiente cuando temes el dolor.
Prejuiciosas las
envidias, el cinismo ulterior, los posibles comentarios, el creer o no en Dios.
Los prejuicios mamarrachos,
la venganza sin razón, la verdad que en sí no avanza cuando piensas lo peor.
No prejuzgues a lo
tonto, piensa antes, digo yo, que bien puede en futuro uno estar en situación.
Mas así nos van las
cosas, más mejor o más peor, prejuzgando en ocasiones, mas en otras tal vez no.
El prejuicio es de
humanos, de sapiencias de interior, de uno solo, o de muchos, de intelecto
excretor.
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