Cada siete de mayo el poeta
cumple años, el Poeta de La Mancha, de su mundo, de su barrio.
Mas este cumpleaños lo preveo muy
tristón, los amigos de antaño a lo suyo se alejaron, y este tontorrón (yo) de
su vida hace su encierro, de su historia una pena, de su gloria su condena.
La amiga poesía soplará por mí
las velas en esa fiesta sorpresa amena que se hará en mi honor cuando sueñe,
cuando duerma.
Un año más que cumplo, y no todo
es tragedia, aunque mayor me sienta a medias hay un niño Peter Pan en mí que a
veces me consuela, y una mente interior que me anima con su estrella.
Mas ninguna vida adulta fácil en
sí lo es, al menos yo que crea, pues desvelos y temores, y otros tantos
distractores, cuanto menos nos degüellan.
Otro año que transcurre, y haré
lo que se pueda por ver nacer de flores a la planta de mi vida, que está un
poco seca, quizá algo marchita, y que aunque ya ha visto varias primaveras más
yo pienso que le quedan.
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