Veo en el
horizonte una alucinación,
una
alucinación inmensa.
Veo en el
horizonte una constelación,
una
constelación perversa.
Veo en el
horizonte una humillación,
una
humillación tan densa.
Veo en tu cara
una iluminación,
una
iluminación tan cierta.
Plúmbeas
las palabras, plúmbeos los dilemas,
pájaros
ligeros sierras sobrevuelan.
No creerse
Dios del ecosistema,
no partirse
en dos lo que uno sienta.
Uno
divagando, varios lo interpretan,
uno
cavilando, varios en sus metas.
Ser o no
ser tú, ir en bicicleta,
ir o no ir
virtud, causa que se sepa.
Azar que yo
percibo, azar que me prometa,
que quiera
seguir vivo mirando tus recetas.
Otoño que
se aviene con oro en las cepas,
con aires
lastimeros, con uvas como perlas.
El río va
fluyendo, el fresco me despeja,
el crío que
yo fui ya hizo sus maletas.
El Norte me
acompaña, el Sur me aconseja,
el Este me
engaña, y el último me apresta.
Veo grandes
urbes, vivo en Consuegra,
veo grandes
luces en la noche abierta.
Una
inspiración llena mi conciencia,
una ilusión
calma mi rabieta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario...