viernes, 21 de octubre de 2016

LA AUTOESTIMA



He perdido mi autoestima,
he acabado en la ruina,
del pasivo lamentar,
de mis penas y manías.

He llegado a la cima,
de ilusiones no vividas,
de temores y complejos,
que se hacen a medida.

Vida amarga día a día,
sin apenas alegrías,
con renuentes esperanzas,
en felices compañías.

Como espectro hago mías,
las pulsiones de agonía,
al hablar sin energía,
con la gente que me cuida.

¡Viva el cielo!, viva el clímax,
de momentos de alegría,
de ansiadas fantasías,
de mi propia autoestima.

Viva el verso y su rima,
el mañana de mi vida,
el amor que me valdría,
una amante como amiga.

Es mi arte la poesía,
y mi cárcel la aporía,
de ser fuerte cuando débil,
yo extravío mi autoestima.

Yo cavilo con mi lira,
con anuencia desmedida,
ser poeta en un mundo,
que castigue las mentiras.

Yo cerceno añoranzas,
cuando vivo mi alegría,
sin pasivos lamentares,
reencontrando mi autoestima.

Yo consigo mi armonía,
escribiendo poesía,
con alegres sintonías,
ya sin penas ni manías.

Para siempre la autoestima,
que redunde sin manías,
en los tiempos que nos tocan,
en familia que se diga.

He encontrado mi autoestima,
he acabado en la cima,
del alegre caminar,
de mis dichas conseguidas.

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