Cuando
lo que se desea es lo contrario de lo que se dice,
cuando
el ser sincero con el morro se desdice,
y
la ironía recurrente, pese a todo, nos inflige,
es
grande el marasmo, posible el ardid triste.
Actúo
cuando callo y no miro lo que dices,
si
lleno de ego intenso yo censuro tus raíces;
y
amo cuando escucho tus palabras con matices
y
hago asertivo comentarios de narices.
La
vida es teatro, es en sí terca poesía,
a
veces malparado yo elucubro mis teorías,
a
veces bien dispuesto yo me jacto de energías,
a
veces indispuesto lloro en las noches frías.
Amagos
amorosos, vilezas aplaudidas,
escenas
vergonzosas en las almas resentidas,
en
el fondo surge algo, sea dolor o hipocresía,
cuando
digo lo contrario a lo que pienso lo sería.
Teatro
envestido de atrezo de la vida,
con
escenas muy intensas, largas, cortas, y/o sufridas,
paciencia
cuando actúas, comprensión cuando te fías,
cuando
público tú eres usando sabiduría.
Teatro
intrincado los cuartos que se fían,
y
no devueltos dan esos males en su día,
de
toma y daca puro teatro de la vida,
si
hoy yo pierdo mi fortuna ya vendrá la lotería.
Cuando
lo que se desea es lo contrario de lo que se dice,
y
se actúa, y se insiste, y se afana, y/o resiste,
es
que actores somos ya de un mundo harto triste,
y
el marasmo ha mutado en teatro que es un chiste.
Teatro
y más teatro, más real o irreal,
la
vida es teatro del que actores somos ya,
la
escena más grandiosa es la vida en general,
que
dura ciertos actos, y que tiene un final.
Poesía
y teatro, letras puras, qué más da,
los
versos recitados que se sepan declamar,
haciendo
concentrado el poema, el serial,
el
teatro apropiado que se quiera comparar.
Ya
cortando digo adiós, que prolijo soy de más,
mi
teatro es mi vida, mis poemas, mi ciudad,
mi
universo, mi familia, mi valiosa intimidad,
mis
afectos, ilusiones, mi experiencia con la edad.
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