Qué
hacer con tanta información a nuestro alcance a través de internet, llegados a
cierta edad, si queremos sacarle partido. No saturar nuestras neuronas, no
agobiarnos, no inquietarnos en exceso, porque para el aprendizaje son cruciales
el método, la paciencia, y la perseverancia.
·
Método
porque es la forma en cómo nos organizamos para el estudio, la memorización.
·
Paciencia
porque no puede uno en un corto plazo de tiempo conseguir avanzar lo que podría
a largo plazo, su efectividad indudable.
·
Y
perseverancia porque en la constancia y en el no abandonar lo que a uno le
interese por parecerle difícil algo reside el éxito.
Aunque
el tiempo y las experiencias son los mejores maestros con que podemos contar,
nosotros tenemos que poner voluntad y coraje en proponernos qué queremos hacer,
dónde llegar, y, así, actuar en consecuencia, no desistir.
Dar
consejos, qué fácil. Seguir los nuestros propios, qué difícil.
Mareas
vitales, vivencias, capacidades, desarrollo personal: tan estudiados, tan
analizados, y, tan poco llevados con un orden saludable en nuestra práctica.
Somos
niños grandes los adultos, a veces quejicas, a veces llorones, a veces poco
comprendidos, a veces no valorados lo suficientemente. O poco positivos con
nosotros mismos, que es donde reside el quid de nuestra autoestima.
Escribir
en la madrugada, qué osadía más manifiesta e introspectiva.
Y,
así concluyo por ahora estas anotaciones brotadas del insomnio y la meditación
nocturna.
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