sábado, 10 de diciembre de 2016

LOS CONCURSOS

Hablamos ahora, del tema de los concursos de televisión. Diversidad de materias, habilidades sociales, organización y cooperación, inteligencia, agilidad mental y física, y ya no recuerdo ningún aspecto que destacar. Ciertamente la televisión es el medio de comunicación más directo y fácil de usar que el progreso nos ha dado: entretenimiento, cultura, compañía. Hay tantos y diversos tipos de programas y documentales que se han difundido y cuyos resultados básicos han sido fútiles, han generado incomunicación en los hogares, impudicia descarada o manipulación ideológica, que nos replantean su papel en nuestras vidas.

Con este curioso aparato tecnológico (la televisión) solemos elegir al concurso cultural como el de mayor calidad en televisión.

Lastimeramente, el resto de tipo de concursos no aportan ese aliciente educativo; los de reality-shows son muy vistosos, pero su función es más bien de entretenimiento. Y el resto de concursos tienen metas más o menos publicitarias, según los intereses de la cadena que los emita.

La cultura que dan algunos concursos de televisión, por ejemplo, conlleva la obtención de mini premios que se sortean enviando mensajes por teléfono móvil. En el concurso de Saber y Ganar de TVE 2, o en el de Pasa-Palabra de Tele5, se anima a la audiencia con estrategias variadas: en el primero, Saber y Ganar, los concursantes más sabios disfrutan en los aniversarios de programas especiales; en el segundo, Pasa-Palabra, los más avispados en el rosco ganan el afecto del público y del presentador.

A lo largo de la historia de la televisión en España yo me acuerdo igualmente de concursos muy emblemáticos como: El juego de la Oca, ¿Qué Apostamos?, El Precio Justo; un, dos, tres; La Ruleta de la suerte, ¿Quién quiere ser millonario?,… Todos ellos forman parte de la televisión no sólo pública, sino de aquélla privada que se iba fraguando desde la década de los noventa del siglo pasado poco a poco para competir con la misma.

Para terminar concluyo en que nuevos formatos aparecen que resultan igualmente atractivos de ver, como: “Ahora caigo” o “Atrapa un millón”, por poner sólo dos ejemplos de la capacidad humana de inventar y reinventarse a sí misma para pasárselo bien y a la vez aprender cosas interesantes.

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