TARDE DE FEBRERO

Son las seis cuarenta minutos,
De la tarde del momento,
De un día de febrero,
De un sábado, once en concreto.

El sol oculto ya esconde,
Su destello, su lamento,
Sus albricias ya pasaron,
Y dejaron su contento.

Noticias breves, breves rezos,
Sucesos graves, graves hechos,
Países que de Europa unida,
No funcionan sus gobiernos.

Tal que España e Italia,
Tal que Grecia y Portugal,
No funcionan los resortes,
Que levanten el caudal;
El caudal de sus estados,
El dinero de la Unión,
Las finanzas con el riesgo
Del destape y corrupción.

Malos tiempos nos auguran
Periodistas de la radio,
Malos tiempos nos divulgan
Gentes de televisión.

Tarde tibia, leve esfuerzo,
Quien trabajo ya perdió,
Tarde tibia sin complejo,
De quien sí lo consiguió.

Es España un país
De tintes muy coloristas,
Es España un país
De actores y artistas;
Y de chulos, y de viejos,
Y de vagos, y de obreros,
Y de buenos ciudadanos,
Y de buenos cocineros.

Son las madres de familia,
Quienes cuidan de los nietos,
De los hijos que no pueden,
Mantenerse por el tiempo.

Por el tiempo que nos raya,
En conciencias y elementos,
Con los ojos tan hinchados
De velar los sufrimientos.

Son las gotas del dolor,
De impotencia del gobierno,
Del estado que se hunde,
Esta tarde de febrero,
Las que evocan el furor,
Y entierran buenos tiempos,
E inspiran a escritor,
A gritar sus sentimientos.