Las
dos de la mañana. Toca escribir porque no puedo dormir.
Como
consecuencia de quererle quitar la corteza a un trozo de queso curado, el que
ha sido curado en salud he sido yo.
Me
he hecho un corte con el cuchillo, y, vaya que es un contratiempo. No me duele,
pero estorbar, me estorba lo suyo, y, menos mal que ha sido en la mano
izquierda, su dedo índice, en la última falange en concreto.
Estos
últimos días resultan preocupantes en Italia; varios seísmos han sacudido a
Roma y sus proximidades, dejando a su paso daños más materiales que personales.
Mas, no obstante, muchos ciudadanos han perdido sus hogares, especialmente
debido a la tipología de los mismos: zonas de viviendas antiguas,
infraestructuras de carácter histórico, y, derrumbes en cuantía, por lo tanto.
Terremotos y réplicas que vuelven a sacudir los ánimos de miles de italianos,
no salidos del susto de otros temblores de hace pocos años, en los que
alrededor de trescientas personas perecieron.
El
presidente Mariano Rajoy, investido recientemente él con su gobierno, juró este
lunes pasado ante el rey Felipe VI la lealtad a que se somete por tal motivo.
Aquí
en España, prosiguiendo, el cisma del PSOE debido a la disensión de los quince
o dieciséis diputados que votaron no a la investidura de Rajoy da que hablar.
El resto de los diputados del Partido Socialista optó por la abstención, un
acuerdo que ha posibilitado el gobierno por mayoría simple del Partido Popular.
Y
es que, el Congreso del sábado pasado sirvió de columpio a personajes como el
diputado de Esquerra Republicana de Cataluña, Rufián, en el denuesto gratuito
al Partido Socialista ante la destitución que provocó la dimisión del
secretario general del mismo, Pedro Sánchez. Rufián, haciendo gala a su
apellido, vertió, parece ser, su indignación porque el PSOE “le regaló” la
presidencia al Partido Popular con su abstención en la segunda votación de la
sesión de investidura recientemente celebrada a favor del PP.
También
arde la actualidad en Mosul, porque las fuerzas de la alianza internacional
están recuperando el acceso a la zona que servía a Daesh como parapeto
estratégico y logístico. Es decir, intentando despojar a los yihadistas
radicales de su “centro de operaciones” principal.
Y
el candidato y millonario Donald Trump continúa haciendo campaña en su fervor
por conseguir llegar a la presidencia de los Estados Unidos.
A
su favor cuenta con que su adversaria, Hillary Clinton, sotierra un historial
belicista y económico reprochables éticamente; ciertamente por cómo manejaba el
tema del conflicto de Oriente Medio su país. Además de los pingües beneficios
que, junto a su marido, obtenía de conferencias y demás asuntos poco claros y
dados a conocer a la luz pública.
Y,
en su contra, Trump arrastra un pasado poco edificante en sus declaraciones
televisivas; y en sus “escarceos amorosos”, digámoslo así.
Un
personaje, Trump, inquietante a la luz de los medios; quizá vilipendiado, quizá
repudiado por su radicalismo conservador, y, por cómo esgrime el tema de la
inmigración, infravalorando la diversidad étnica de los Estados Unidos, o, lo
que es lo mismo, su racismo presumible.
Noticias
todas estas que he considerado pertinente citar con mi insomnio evidente, con
el corte que me he hecho en el dedo índice de la mano izquierda al quitarle la
corteza al maldito queso. Y, así, termino de escribir, anonadado con tantos
“rufianes”, catástrofes y demás politiqueo militante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario...