domingo, 18 de agosto de 2013

Excursión a Gredos (15 a 18/07/2013)


Del 15 al 18 respiramos nuevos aires,
por la sierra de Gredos, por los pueblos regionales,
de Ávila boscosa, encantada de pinares,
con sus aguas revoltosas que descienden en canales.

El lunes que llegamos visitamos Piedralaves,
y en la charca de la nieta nos bañamos en la tarde,
esas aguas naturales, frescas fueron en las carnes,
despejaron de molestias nuestros cuerpos sensoriales.

El martes al castillo de la Adrada partimos,
explorando su contorno los que fuimos al sitio,
la fachada, la historia, los muros y  dominios
intrigándonos con fotos la salida concluimos.

El miércoles a otro pueblo se dirige este grupo,
a Pedro Bernardo por las rutas más al punto,
cruzando en carretera por veredas arboladas,
se divisa un pueblo grande con los valles y montañas.

Preguntando divisamos la iglesia y la plaza,
compramos suvenires y bebemos de sus aguas,
tomamos un refresco cual colegas con la calma,
de colegas de excursión, de amigos de España.

En la tarde a Casas viejas pueblo allende la posada,
fuimos todos juntos a pasar nuestra última velada,
de allí nos dividimos porque era acordada,
la monta a caballo o la calmosa velada.

El jueves nos venimos sobre diez de la mañana,
en un viaje tranquilo, con el sueño en las entrañas,
serenos nos mostramos, nostálgicos de alma,
repletos de recuerdos en memoria humana.

Preparación excursión a sierra de Gredos (11/07/2013)


Para el 15 de julio, un lunes veraniego,
en el Centro planeamos dirigirnos hacia Gredos.

Es la sierra y la cura,
es su aire y aguas puras,
incentivos suficientes,
para sanear las mentes.

Los “encierros” se anulan,
y los que a Gredos vamos,
esperamos relajarnos,
visitando y caminando.

Fauna y flora son belleza,
de admirar con la certeza,
de sentirse uno vivo,
en la naturaleza.

Preparamos las maletas,
aspiramos ilusiones,
planeamos diversiones,
y comemos con “cojones”.

Si en las aguas nos mojamos,
recogemos cuidadosos
los enseres al marcharnos.

Que el tiempo acompañe,
por los pueblos y los valles,
que las gentes sean amables,
por aquellos roquedales.

Que los versos agradables,
nos animen y amparen,
que en esta excursión,
seamos responsables.

¡Excursión a Gredos!: gusta a tus viajeros.

La rosa y las zarzas


Alza el vuelo buena dama,
No te hieras con espinas,
Alza el vuelo buena dama,
Tu linaje y autoestima.

Entre zarzas ha crecido,
Una rosa muy hermosa,
Entre zarzas ha crecido,
Bella flor entre espinosas.

Llega pronto el salvador,
Que ha olido tu fragancia,
Llega pronto el salvador,
Que separa de las zarzas,
Un amable corazón,
Esa rosa de tu alma.

Alza el vuelo buena dama,
No te hieras con espinas,
Alza el vuelo buena dama,
Vales más que esas “cretinas”,
De esas zarzas envidiosas,
Que te “vician y marginan”.

“Agárrate a mi  mano,
 -Te dice el jardinero-
Que te quiero trasplantar
Al rosal de mis deseos”.

Alza el vuelo buena dama,
No te hieras con espinas,
Alza el vuelo buena dama,
Dichosa de alegrías.

Entre zarzas ha crecido
Una rosa muy hermosa,
Entre zarzas ha crecido,
Esa flor tan olorosa.

Llega pronto el salvador,
Que ha olido tu fragancia,
Llega pronto el salvador,
Que separa de las zarzas,
Ese noble corazón,
Que merece tu cultivo,
Al rosal de esperanzas,
Que merece tu cultivo,
Al rosal de esas miradas,
De tus ojos caprichosos,
De tus pétalos rosados,
De tus formas armoniosas,
De tu olor tan sugestivo.

Entre zarzas ha crecido,
Una rosa muy hermosa,
Entre zarzas ha crecido,
Tu amor definitivo.

domingo, 11 de agosto de 2013

Nocturnidad


Miedo exacerbado que me sigue con guadañas; miedo exacerbado que recorre mis entrañas; mito legendario de placeres acabados; mito legendario de placeres amargados.

Refugio de placeres reprimidos; refugio de alegrías y cariños.
En la noche negruzca se cobijan los miedos y pesadillas malditas.
La enfermedad se confunde con el silencio nocturno en una agonía siniestra, muda.
Cuerpos deformes con sombras quejumbrosas, cuerpos deformes con formas achacosas.
El temporal de invierno sacude implacable a gentes sin saber dónde resguardarse.
Se percibe el ronroneo del gato que maúlla por las calles; se torna en lastimero aullido que reclama pareja, y con rivales a alaridos detonantes.
Los perros callejeros ladran y furtivos las huertas recorren. Se estremece el espíritu sensible sobrecogido por horas de muda conversación con uno mismo.

El hogar pace silencio. El estudiante aguza su ingenio. El panadero amasa la masa. El grifo gotea al barreño. El niño solloza en sueños. El padre se torna en medio. La madre suspira ansiosa. La hija le llama gangosa. Los novios esconden misterio. Los viejos exhalan risueños.

Dormitan los peces; los ríos le dan su oscuridad iluminada al agua helada. El ladrón acecha la finca. El cementerio acalla su risa. El búho y las lechuzas se ponen de acuerdo en volar y comer los bichejos.

Nocturnidad que congelas la marcha del humano que palpita en letargo. Buenas noches criatura, sueña que la vida es sueño…

Los fantasmas de la radio


Una tarde de verano, con bolígrafo en mano, me dispuse a escribir los fantasmas de la radio.

En mi cuarto iluminado, mi sobrino a mi lado, me decía a lo bajo: -¿Oyes tío, los fantasmas de la radio?

Emisora que hechizada, voces graves revelaba, con agudas notas rotas, de ardor desesperadas.

Los fantasmas de la radio, como duendes que acechaban, entonaban alegrías de poetas martingalas. De poetas martingalas, de risas y papas bravas, de dulzor amanerado, de dulzor en las miradas.

De repente se abren grietas, en poemas de las damas, en la radio que envejece, con los días y semanas.

Los fantasmas de la radio, en las ondas se trasladan, llevan penas y alegrías, que te llegan hasta el alma.

Son las ondas las que paran, de día o de madrugada, son las ondas quien deparan, buena siesta en grata cama.

Quien escucha es el que intuye, lo que hacer cada mañana, con las nuevas que recibe, de emisoras señaladas.

Los fantasmas de la radio, se van con tu elección, eres tú el que decide apretar o no el botón.

domingo, 4 de agosto de 2013

TREN ALVIA (accidente ferroviario del 24 de julio de 2013)


Día veinticuatro, julio amargado,
tren que huele a muerte,
tren descarrilado.

Las angustias agitadas,
de familias con espanto,
a España conmocionan,
con el pésame en alto.

La curva del horror,
muy deprisa ha tocado,
en el alma ciudadana,
en su cutis sonrojado.

Peregrinos de Santiago,
gente joven de aledaños,
vuestra ayuda emociona,
testimonia sin halagos.

“Galle-guiños” solidarios,
vuestra fe nos vuelve bravos,
españoles orgullosos,
enlazados como hermanos.

De Madrid hacia Ferrol,
vuelan almas sollozando,
esperad os digo yo,
a los ángeles cantando.

Que seguro nuestro Dios,
con su Madre a su lado,
os reciben con amor,
con consuelo y amparo.

Tren seguro y veloz,
debe ser bien estudiado,
pues los fallos ya se ven,
los pagamos los humanos.

Un error es un horror,
cuando vidas van jugando,
en el tren de nuestras vidas,
en los seres que amamos.

Esta vez un fallo humano,
sea tal vez lo que ha causado,
tanto duelo y dolor,
tal angustia y escarnio.

Quiera Dios no se repitan,
estos hechos con los años,
que los trenes tan veloces,
vuelen menos en los tramos,

señalados en las vías,
por peligros destacados,
o sin serlo sean claros,
esos riesgos de antemano.

Vuela el tren a las alturas,
de los cielos despejados,
vuela el tren con la ayuda,
de los héroes de Santiago.

De Madrid hacia Ferrol,
vuelan almas coreando,
ruegos miles al Señor,
con los ángeles cantando.

La felicidad


La felicidad es un signo emocional que evoca una agradable sensación.
La felicidad puede ser de variada intensidad.
La felicidad nace de la muerte de la tristeza, de la de la rutina y de la de la monotonía.
Perseguir la felicidad es como cuando el perro persigue su propia cola.
O cuando al perro le atamos con longaniza; cuando el hombre cree que la tiene, con el tiempo suele olvidarla; y cuando la pierde, se desespera por volver a atraparla.
La felicidad se halla nivelada sobre todo entre “ilusión e ilusión”. Es cuando es más constante, y cuando se dosifica con mayor regularidad.

En fin, la felicidad aflora de sentimientos positivos; se comparte con la solidaridad y la misericordia.
Llamamos felicidad a lo ignoto que no sabemos cómo identificar. A la armonía de la salud mental, física y social, es decir, la persona no suele ser consciente de ese estado si la vive con naturalidad. Pero si se la arrebata el destino o su mala suerte, su añoranza le provoca dolor, ira y resignación.

La felicidad se cultiva desde que se nace, aunque al crecer es cuando debe ser regada, para que coja robustez y frondosidad, cual si fuese árbol de alegrías.

La felicidad no se busca como dije antes; a veces se encuentra sin buscarla, y otras veces se pierde por no saber apreciarla. Otras veces se fuga sin desear su marcha.