domingo, 10 de agosto de 2014

Viento Huracanado


Veinticinco de marzo, viento huracanado, árboles cimbrando, pájaros volando, ruidos que el viento sordo ha ahogado. Series vespertinas, morbo asegurado, halla la retina del desocupado.

Radio Nacional, radio musical, radio que el oyente a su voluntad, mueve el dial, en asegurando su comodidad. Estudiante empedernido, quiebra mente en estas horas, y saca de sí todo su partido, de reojo mira el tiempo que ha perdido, elucubra planes, mira sus bolsillos, en el futuro sueña, en el presente anda distraído, y del pasado añora cuando era niño.

Viento huracanado, que cimbreas almas de poetas fracasados, no hieras con tus espinas las heridas que marcaron los destrozos ya pasados.

Viento huracanado, no soples tan fuerte que lleves mi casa, que mis familiares pierdan sus grasas, y que sí nos mantengamos en paz y sin desgracias, y vivamos juntos tiempos de abundancia.

Desde mi ventana miro el paisaje, el viento ha amainado, y yo me he calmado. Yo me acurruco y leo con agrado, historias heroicas del hombre honrado. Y escribo versos que salgan rimando, con mi diligencia, con mi gran encanto.

domingo, 3 de agosto de 2014

Ojos de Luna


Ojos de luna, que ansías tesoros y mil fortunas,
ojos de luna, de amor gracioso y sana ternura,
ojos de luna, no desviéis vuestra grata cordura,
ojos de luna, dad de comer buenas verduras,
a los sin techo, a los okupa, a excluidos y sin fortuna.

Los voluntarios ojos de luna,
al mundo ayudan con su ternura,
con su entrega, tiempo y hechura,
con el salario de sus ayudas.

Porque les llenan de mil fortunas,
las caras alegres tras las penurias,
porque el salario que más les gusta,
es el cariño a quien ayudan.

Ojos de luna son misioneros,
son sacerdotes, son pioneros,
de las empresas que sin dinero,
lo piden al Pueblo en Dios tesorero.

Ojos de luna piden a Cristo no haya luchas,
entre los hombres que rompen sus huchas,
por el poder, por sus bravuras,
por conquistar con sus culturas.

Ojos de luna al cielo miran con sus espumas,
con sus entregas y sus penurias,
dando de sí fe absoluta.

El Ambiente


El ambiente te afecta,
el ambiente te envejece,
mas la mente consecuente,
te protege resistente.

El ambiente recrudece,
los efectos persistentes,
de agobios inconscientes,
y de otros insistentes.

El ambiente es el entorno,
donde vives, donde creces,
con las cosas de la vida,
ventajosas o inclementes.

El ambiente trae la suerte,
y a veces inconvenientes,
porque uno es humano,
en el mundo inocente.

Porque uno siendo fuerte,
contrarresta los torrentes,
depresivos y frecuentes,
que el ambiente te somete.

El ambiente hogareño,
da calor y buena gente,
confianza de los tuyos,
en el íntimo ambiente.

El ambiente es el campo,
que miramos por la tele,
que ensuciamos con papeles,
con los gestos deprimentes.

El ambiente de un tiempo,
anotamos complacientes,
en historias de los libros,
en las fotos infrecuentes.

El ambiente nos distingue,
a las clases, a las gentes,
a las razas “imponentes”,
con sus rasgos diferentes.

El ambiente condiciona,
pero no te hace débil,
es tu estima, tu persona,
la que lucha persistente.

El ambiente es un concepto,
variado y divergente,
es tu alma, tu persona,
la que escribe tu presente.

El ambiente condiciona,
pero no te hace débil,
es tu estima, tu persona,
quien defiende intereses.