sábado, 15 de agosto de 2015

BOTELLONES


Botellones en la noche,
bajo el cielo, junto a coches,
con amigos y sin orden,
dan dispares opiniones.

Amistades se conocen,
borracheras presuponen,
el sin tino desvarío,
de bebidas en menores.

Es la fiesta y “ligoteo”,
y la marcha los motores,
que promueven en la noche,
muchos macrobotellones.

Parques varios, o rincones,
donde hablar quiere el joven,
en las horas de la noche,
con la “chispa” que denote.

Más barata la bebida,
más barato el derroche,
de la insana “cacería”,
de amorosos corazones.

Tipos tantos en la vida,
de ser necios tontorrones,
sin saberse controlar,
en los muchos botellones.

Día en noche que exponen,
los granujas menos nobles,
que ansían compañía,
al buscarse emociones.

Juventudes insensatas,
que ensucian por la noche,
con botellas y micciones,
las plazas y callejones.

El disfrute se compone,
de beberse con “cojones”,
las litronas explosivas,
que envilecen intenciones.

Los menores y mayores,
se aturden de emociones,
en estas disparatadas,
macrofiestas de las noches.

Botellones de la vida,
de intensas sensaciones,
que derriban las fronteras,
de posibles represiones.

Botellones del sistema,
de políticos traidores,
de la gente triste y harta,
de granujas y ladrones.

DESPEJADA LA CABEZA


Despejada la cabeza,
lo difícil es simpleza,
lo enojoso es sin queja,
lo dudoso se dispersa.

Despejada la cabeza,
brilla el tino y viveza,
el acierto y la fuerza,
el objeto que deseas.

Despejada la cabeza,
hace versos el poeta,
poemillas a espuertas,
en libretos de grandeza.

Despejada la cabeza,
el obrero se esfuerza,
en hacer de su oficio,
digna vida que merezca.

Despojada la cabeza,
rinde mucho la “mollera”,
con vigor y con sapiencia,
en problemas de conciencia.

Despejada la cabeza,
se consiguen las proezas,
desafíos que alimentan,
en el tiempo que trasiegan.

Despejada la cabeza,
el temor que atormenta,
disminuye en frecuencia,
y espabila la consciencia.

Despejada la cabeza,
el currante se entrega,
y prospera en hacienda,
con el tiempo y paciencia.

Despejada la cabeza,
ve más claro el asceta,
lo valora el profeta,
en sus dichos y creencias.

Despejada la cabeza,
uno avanza con estrella,
sin envidias u ocurrencias,
que devoran las conciencias.

Despejada la cabeza,
uno chico a grande llega,
se maduran las vivencias,
que se viven con entrega.

Despejada la cabeza,
las migrañas se alejan,
los “entuertos” se disgregan,
y las paces se conllevan.

Despejada la cabeza,
el furioso de la Tierra,
poco a poco se serena,
y en calma se sosiega.

Despejada la cabeza,
surgen mitos y leyendas,
de escritores y poetas,
en lectores del planeta.

Despejada la cabeza,
uno vive sus tristezas,
más ufano y atleta,
contra el llano que se cierna.

Despejada la cabeza,
uno avanza cual cometa,
del espacio que apetezca,
con el brío muy de cerca.

Despejada la cabeza,
yo termino el poema,
con sus rimas circunspectas,
en lectores que se atrevan.

Despejada la cabeza,
vive sano si es tu meta,
no envenenes con tu jeta,
a la gente que te aprecia.