La calidad en
pequeñas dosis, en el tiempo separadas, 
deparándonos las
dotes, aptitudes consagradas.
 
Calidad al escribir
el poema que ansiabas, 
esos versos con sus
rimas, con su métrica variada.
 
Adalides de trabajos,
de las manos artesanas, 
esculpiendo las
culturas de variantes provincianas.
 
Calidad del vino
ardiente, que abrasa como llama, 
que llama como abrasa
a beberse una garrafa.
 
Calidades tan
dispares, tan distintas, buenas, malas, 
que aherrojan
sentimientos, y se hacen sofisticadas.
 
Calidad que es
calidez que es palabra desusada, 
acepción tan calurosa
como cálida y humana.
 
Calidad de un
monumento de una zona inusitada, 
de un convento al
barlovento en los sueños de pijama.
 
Calidad si escribo
esto y no cometo ni una falta, 
calidad si tú lees
presto y entiendes mis palabras.
 
Calidades diferentes,
rimas buenas, rimas malas, 
los poemas de los
poetas, esos buenos camaradas.
 
Calidad de vida sana,
dieta que es mediterránea, 
calidad que
alcanzable lleva a mejor mañana.
 
Calidad al creerme
apto y no mediocre en mi alma, 
calidad cuando valoro
lo que soy, sano y que ama.
 
Calidad cuando
entretejo estos versos de tal gana, 
ufanado y optimista,
valorando mi mañana.