domingo, 13 de noviembre de 2016

AMOR FALLIDO

Quise a una niña, quise a una doncella,
quise a un lucero fulgurante de la Tierra.

Ella era bella, rubia como el sol,
inocente yo caía en las redes del amor.

Imposible cavilaba, imposible este amor,
yo mayor que ella ocho años de dolor.

Cada día pienso en ella, con tormento y pesar,
el amor no fue posible por las cosas de la edad.

Pasados han diez años que me han hecho madurar,
esta vida es un infierno sin poderla disfrutar.

Muero poco a poco, poco a poco yo me muero,
poco importa ya lo que diga el mundo entero.

Amor infortunado, amor desesperado,
amor que hecho trizas me fustigo desolado.

Ella no me mira, y evita encontrarme,
yo la bestia soy que mancha su linaje.

Ella es la bella, rubia como el sol,
yo la bestia amarga que lamenta su dolor.

Y así pasan los años sin poderme amparar,
muriendo poco a poco sin poderla olvidar.

Quise a una niña, quise a una doncella,
quise a un lucero fulgurante de la Tierra.
Las clases musicales en mi hicieron mella,
las clases de mi pueblo me nublaron las ideas.

Amante me torné imposible yo de ella,
y ella al notarlo se espantó sobremanera.

Temo ser la bestia que siempre aborrezca,
sueño por decirle que de mí nada me tema.

Y así pasan los años sin poderme amparar,
la bestia me figuro represento teatral.

Ella es la bella, rubia como el sol,
ella es la luz que me da su resplandor.

De recuerdos uno vive, de recuerdos y de amor,
de amor que fracasado late en mi corazón.

Ojos color miel, pálida su piel,
ella espigada, yo como un tonel.

Yo soy el poeta escritor de las ausencias,
ausencias amparadas al calor de las vivencias.

Vivencias del pasado que en presente dan coherencia,
vivencias que a la vida otorgan su esencia.

Y así pasan los años sin poderlo remediar,
el poeta estos versos le dedica con bondad,
al amor hecho pedazos, sin remedio de curar,
al amor que en mí pervive cada día y lugar.

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