Uno se come el mundo 
como se come la cabeza,
como se piensa su apariencia,
como se siente su experiencia.
Una inhalación, dos, tres,
segundos del alma,
minutos del ser,
fragante sustancia,
vivir para ver.
Andando el mundo 
yo abro mis muros,
yo aprendo seguro,
recojo mi red.
Fragata invisible,
fantasma inaudible,
yo creo en mí mismo,
pirata con pies.
Pirático inglés 
me como el tesoro,
que adoro, que robo,
que adueño tal vez.
Yo voy a mi bola,
escribo mis normas,
respeto si quiero 
no ser descortés.
El sol me ilumina,
la luna de noche 
me hace cosquillas,
y hago pomada 
de todo a la vez.
El verso es libre,
pero éste me coarta,
quiere ir engalanado,
y no puedo serle infiel.
Cada cual con su mente 
rima cosas ocurrentes,
si las dice es sincero,
si las calla, majadero.
El verso es libre,
mi boca instrumento 
que toca el soneto,
que es como es.
Yo rimo a mi bola,
yo mando mi sombra,
yo elijo mi libre 
poema que lees.
Si vendo la forma 
el fondo adjunto,
mas siempre el verso 
rimado es profundo.
Quién gana, quién pierde,
el mundo a lo suyo,
el libre versito 
que adorna mi ser.
El verso es libre,
pero yo le atuso,
le peino a mi gusto,
le rimo a la vez.
Lo siento, oh, mundo,
yo trato iracundo 
hacer estos versos 
bonitos, rotundos.
 
 
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